Miles de haitianos siguen comiendo galletas de lodo ante la mirada estupefacta del mundo entero; Los gobiernos y las organizaciones mundiale...
Miles de haitianos siguen comiendo galletas de lodo ante la mirada estupefacta del mundo entero; Los gobiernos y las organizaciones mundiales lo saben. Poco hacen para ayudar al país más pobre del mundo.
Agencias.- Era la hora del desayuno en uno de los barrios de tugurios más miserables de Haití y Charlene Dumas comía lodo. Con el aumento de los precios de los alimentos en el mundo, muchos de los más pobres no pueden comprar siquiera un plato de arroz por día.
El lodo ha sido favorecido desde hace mucho tiempo por las mujeres embarazadas y los niños como fuente de calcio y como antiácido. Pero en lugares como Cite Soleil, el atestado barrio misérrimo junto al océano donde Charlene comparte una vivienda de dos cuartos con sus cinco hermanos y dos padres desempleados, las galletitas hechas con tierra, sal y mantequilla vegetal se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando mi madre no cocina nada, tengo que comerlas tres veces por día”, dijo Charlene. Su bebé, llamado Woodson, se veía ligeramente más delgado de los 2,8 kilogramos (6 libras y 3 onzas) que pesó al nacer.
Aunque dice que “me agrada el gusto porque sabe a mantequilla y sal”, aclaró que las galletitas también le dan dolores de estómago. “Y cuando amamanto, el bebé también parece a veces con cólicos”.
La muchacha estaba descalza, vestía un vestido sucio, y su cabello negro moteado de vetas rojas era indicio de una desnutrición crónica. Algunos días, dice, no come nada más que esas galletitas de lodo.
La agencia de alimentos de las Naciones Unidas está cada vez más preocupada por los precios de los alimentos, que están subiendo fuertemente debido a varios factores.
El cambio climático provoca más tormentas que destruyen los cultivos, y el petróleo más costoso encarece los fertilizantes.

La mayor demanda de biocombustibles significa que se dedican menos terrenos a los cultivos alimenticios, lo que a su vez provoca una disminución de suministros y mayores precios. La Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU lanzó un plan para combatir los aumentos de precios de los comestibles que incluye la distribución de vales a los agricultores para comprar semillas y fertilizantes en países pobres.
En el Caribe, las inundaciones y los daños a los cultivos en la temporada de huracanes del 2007 hicieron que la Organización de la ONU declarase estado de emergencia en Haití y otros países. Los precios de los alimentos subieron hasta un 40% en algunas islas, y líderes caribeños efectuaron una cumbre de emergencia en diciembre para debatir la reducción de los impuestos a los alimentos y la creación de grandes fincas agrícolas regionales para reducir la dependencia de las importaciones.
Charlene Dumas
Cuando mi madre no cocina nada, tengo que comerlas tres veces por día, y me agrada el gusto porque sabe a mantequilla y sal”.
NACIONES UNIDAS, NY._ El hambre y las penurias por la que atraviesan miles de niños y niñas pobres en Haití, está traspasando los límites de la realidad y pareciéndose más a una escena de películas de ficción fabricadas en Hollywood.
Funcionarios de la agencia para la alimentación mundial de las Naciones Unidas (FAO), confirman que miles de niños en la empobrecida nación caribeña se ven forzados a comer galletitas de lodo ante la falta de alimentos en sus familias. Es más, algunos de los menores narran que tienen que comerlas varias veces al día.
Ante la imposibilidad de que muchas familias no pueden comprar ni siquiera una libra de arroz, los haitianos están apelando a medidas extremas, más que primitivas, de sobre vivencia para tratar de “engañar” el hambre, explicaron los funcionarios de la FAO.
Mujeres embarazadas y niños han hecho del lodo una tradición y lo usan como fuente de calcio y antiácido. Uno de las niñas, Charlene que a sus 16 años ya tiene un hijo dice que las galletitas son hechas del lodo que proviene de la planicie central del país.
Ella vive en uno de los barrios más indigentes de Cite Soleil en el que comparte una casucha de dos cuartos con cinco hermanos y sus padres que están desempleados.
A las galletas de tierra, se les agrega sal, y mantequilla vegetal y se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando no hay comida en la casa, tengo que comerlas tres veces al día”, explicó como si hablara de un alimento “normal”.
Dijo que aunque le gusta el sabor a mantequilla y sal, las galletas le dan muchos dolores de estómago y cuando le da los senos al bebé, éste sufre de espasmos y cólicos. Descalza, con un vestido sucio y su físico fláccido, refleja el claro indicio de una desnutrición crónica. Su testimonio fue presentado en video y traducido al inglés.
Durante muchos días no encuentra nada más que las galletitas de lodo. La FAO ha mostrado gran preocupación por la situación que se está produciendo con la cantidad de niños y niñas haitianos que tienen que comerse esas galletas.
En Haití, la inflación en los productos de primera necesidad, están aumentando vertiginosamente y se debe a varios factores, entre estos el cambio de clima que destruye las cosechas y el precio internacional del petróleo.
La FAO está proveyendo de “vales” o cupones a los agricultores haitianos para ayudarlos a reducir los costos de sus cosechas. Los alimentos subieron en más de un 40% después del paso de la tormenta Noel por la que la ONU tuvo que declarar a Haití en estado de emergencia. La situación está amenazando la frágil estabilidad política y social de la nación más paupérrima del hemisferio occidental.
Autor: Miguel Cruz Tejada
Funcionarios de la agencia para la alimentación mundial de las Naciones Unidas (FAO), confirman que miles de niños en la empobrecida nación caribeña se ven forzados a comer galletitas de lodo ante la falta de alimentos en sus familias. Es más, algunos de los menores narran que tienen que comerlas varias veces al día.
Ante la imposibilidad de que muchas familias no pueden comprar ni siquiera una libra de arroz, los haitianos están apelando a medidas extremas, más que primitivas, de sobre vivencia para tratar de “engañar” el hambre, explicaron los funcionarios de la FAO.
Mujeres embarazadas y niños han hecho del lodo una tradición y lo usan como fuente de calcio y antiácido. Uno de las niñas, Charlene que a sus 16 años ya tiene un hijo dice que las galletitas son hechas del lodo que proviene de la planicie central del país.
Ella vive en uno de los barrios más indigentes de Cite Soleil en el que comparte una casucha de dos cuartos con cinco hermanos y sus padres que están desempleados.
A las galletas de tierra, se les agrega sal, y mantequilla vegetal y se han convertido en una fuente regular de sustento. “Cuando no hay comida en la casa, tengo que comerlas tres veces al día”, explicó como si hablara de un alimento “normal”.
Dijo que aunque le gusta el sabor a mantequilla y sal, las galletas le dan muchos dolores de estómago y cuando le da los senos al bebé, éste sufre de espasmos y cólicos. Descalza, con un vestido sucio y su físico fláccido, refleja el claro indicio de una desnutrición crónica. Su testimonio fue presentado en video y traducido al inglés.

En Haití, la inflación en los productos de primera necesidad, están aumentando vertiginosamente y se debe a varios factores, entre estos el cambio de clima que destruye las cosechas y el precio internacional del petróleo.
La FAO está proveyendo de “vales” o cupones a los agricultores haitianos para ayudarlos a reducir los costos de sus cosechas. Los alimentos subieron en más de un 40% después del paso de la tormenta Noel por la que la ONU tuvo que declarar a Haití en estado de emergencia. La situación está amenazando la frágil estabilidad política y social de la nación más paupérrima del hemisferio occidental.
Autor: Miguel Cruz Tejada