En el terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México murieron más de 10 mil personas, entre ellas muchos veracruzanos entre p...
En el terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México murieron más de 10 mil personas, entre ellas muchos veracruzanos entre periodistas, diputados, artistas, ganaderos, además de más jarochos que sobrevivieron pero las secuelas de la desgracia les quedó para toda la vida. Para los veracruzanos y los demás muertos, nuestro recuerdo para siempre.
La mañana del domingo el presidente Felipe Calderón rindió homenaje a los afectados del referidos terremoto en compañía de Laura Gurza, directora del la Coordinación de Desastres de la Secretaría de Gobernación. El presidente hizo un llamado a los mexicanos a que nos unamos como en 1985 cuando la sociedad civil, ante la inoperancia de las autoridades, salió a las calles a rescatar a los atrapados, amontonar muertos, etc. La sociedad rebasó a la autoridad en una voluntad colectiva de solidaridad.
Lo dicho por Felipe Calderón esta mañana no lo aplica en estos momentos para los veracruzanos. Estamos afectados desde hace 2 meses por inundaciones en el norte del estado. Después las inundaciones en el sur de Veracruz y ahora con el paso del huracán KARL, toda la zona centro de la entidad, la más poblada, esta devastada. No hay camino sin afectar por los puentes caídos, así como los deslaves.
Las carreteras federales afectadas son la autopista Veracruz-Córdoba, así como la carretera libre de Veracruz a Córdoba, así que la única ruta para llegar al sur del estado desde Veracruz es por la carretera Alvarado-Los Tuxtlas-Acayucan. La carretera de Veracruz a Xalapa, vía libre, está cortada en Paso de Ovejas por la avería del puente. La única ruta para salir y llegar a Veracruz es por la autopista Veracruz-Cardel-Xalapa.
Hay que recordar que en la entidad hay 22 ingenios, la mayoría asentados en la zona centro desde la región de Córdoba hasta la región del de Martínez de la Torre. En esta región centro también hay instalaciones petroleras, así que está llena de caminos rurales, estatales, cañeros, petroleros, etc.
Veracruz casi tiene 8 millones de habitantes, pero en una distribución muy dispersa a lo largo de 600 kilómetros sobre el Golfo de México. Así es de grande Veracruz y tan largo con población, se repite, muy dispersa.
Pues esta región centro se encuentran las ciudades históricas de Veracruz, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Huatusco, Misantla, etc. Hay que imaginarnos que los caminos están cortados, no hay comercio, es más, no hay ya alimentos. Ya no se sabe qué hacer. En el sur de Veracruz, a pesar de que está bajando el agua, los caminos no están siendo reparados, por lo que las rutas de comercio están interrumpidas y prevé hambruna.
Las autoridades estatales ya no saben a quién atender. Los funcionarios de todos los niveles están en regiones pero no alcanza los elementos humanos, ni materiales ni dinero. Los helicópteros de la Marina y del Gobierno de Veracruz no se dan abasto. No saben si rescatar personas o llevar alimentos.
La situación se complica por las inundaciones en las colonias de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, donde la población está en los techos de sus casas, en albergues, desesperados, sin ayuda. En estas ciudades todo es caos. Todos piden ayuda, pero los cuerpos de auxilio no se dan abasto. Aquí hay miles de afectados por el desbordamiento del río Jamapa.
Lo grave de todo esto es que el gobierno federal ha reducido la importancia del desastre en Veracruz. No se dan cuenta de la violencia que puede originar la hambruna en el sur de Veracruz y ahora la gente sin comer en la región centro, la más comunicada del estado, pero con caminos cortados.
El día 17 de septiembre, cuando entró el huracán Karl entre Cardel y el puerto de Veracruz, a pesar de los vientos no hubo víctimas, pero siguió y sigue lloviendo en la zona montañosa de Veracruz, Puebla, Oaxaca e Hidalgo por lo que esa agua inundó todos los ríos y arrasó poblaciones en la región centro. Ahora solamente en esta región están afectadas más de 500 mil personas, que se unen a las 500 mil afectadas en el sur de Veracruz. Ya llevamos un millón, más los afectados en la zona conurbada.
Con la caída de las lluvias en el valle de México, se está previendo que esa agua salga por la parte norte de Veracruz, en especial en la región del Pánuco, misma que no se repone de la inundación de hace dos meses. A todo esto ha venido al estado a tomarse la foto tres veces el titular de SEDESOL, PERO NADA DE AYUDA.
El presidente Calderón vino a tomarse la foto a Tlacotalpan, prometió ayuda y hasta ahora. Con lo del huracán ha llamado dos veces al gobernador Fidel Herrera Beltrán para solidarizarse con el pueblo de Veracruz, pero de ahí no pasa. No queremos visitas, ni saludos, necesitamos ayuda para más de un millón de damnificados en el estado de Veracruz, que pertenece a la republica mexicana.
No queremos ser duros ni injustos, pero caben las preguntas: ¿ Veracruz tiene que ser Haití para tener la atención presidencial, que hasta iba a dar el banderazo de salida de los buques? ¿Necesitamos ser Monterrey para que el presidente llegue de inmediato con todos sus funcionarios y disponga dinero de rápido para ayudar a los hermanos de Nuevo León? ¿Necesitamos estar todos muertos para que el presidente disponga de horas para magnificar la tragedia de Veracruz?
En Veracruz sus habitantes no son extranjeros, somos mexicanos que pagamos nuestro impuestos, pero además damos petróleo, agua, energía eléctrica, entre otras cosas a la nación. No pedimos limosna al gobierno federal, solamente que nos de lo que nos corresponde y más en estas horas de muertes y devastación.
Al pueblo jarocho no le importa que el presidente Felipe Calderón no aprecie en lo personal al gobernador Fidel Herrera; si quiere el presidente que lo rete a un duelo en el Zócalo de la ciudad de México, pero de esta situación personal, el pueblo de Veracruz no tiene la culpa. Ya no se pide, se exige al presidente de la república mexicano, que respete al pueblo de Veracruz.
No necesitamos recordarle al presidente de la república su juramento en su toma de posesión el 1 de diciembre del 2006: “Velar por el bien de la nación” ¿ya se le olvidó?
Es una vergüenza nacional que la ayuda esté saliendo del pueblo de Veracruz, de amigos de la república mexicana, artistas y hasta del extranjero, mientras el presidente festeja todavía el bicentenario de la independencia, mostrando helicópteros de última tecnología que deberían estar ayudando no sólo a Veracruz, sino a todos los estados afectados por el huracán Karl.
También es una vergüenza nacional que los Zetas en la cuenca del Coatzacoalcos, donde no siquiera ha puesto un pie el presidente Felipe Calderón, están repartiendo despensas entre los damnificados.
No estamos muertos, ni somos en Veracruz un país extranjero. Estamos de pie ante el peor desastre natural de nuestra larga historia, pese a quien le pese.
La mañana del domingo el presidente Felipe Calderón rindió homenaje a los afectados del referidos terremoto en compañía de Laura Gurza, directora del la Coordinación de Desastres de la Secretaría de Gobernación. El presidente hizo un llamado a los mexicanos a que nos unamos como en 1985 cuando la sociedad civil, ante la inoperancia de las autoridades, salió a las calles a rescatar a los atrapados, amontonar muertos, etc. La sociedad rebasó a la autoridad en una voluntad colectiva de solidaridad.
Lo dicho por Felipe Calderón esta mañana no lo aplica en estos momentos para los veracruzanos. Estamos afectados desde hace 2 meses por inundaciones en el norte del estado. Después las inundaciones en el sur de Veracruz y ahora con el paso del huracán KARL, toda la zona centro de la entidad, la más poblada, esta devastada. No hay camino sin afectar por los puentes caídos, así como los deslaves.
Las carreteras federales afectadas son la autopista Veracruz-Córdoba, así como la carretera libre de Veracruz a Córdoba, así que la única ruta para llegar al sur del estado desde Veracruz es por la carretera Alvarado-Los Tuxtlas-Acayucan. La carretera de Veracruz a Xalapa, vía libre, está cortada en Paso de Ovejas por la avería del puente. La única ruta para salir y llegar a Veracruz es por la autopista Veracruz-Cardel-Xalapa.
Hay que recordar que en la entidad hay 22 ingenios, la mayoría asentados en la zona centro desde la región de Córdoba hasta la región del de Martínez de la Torre. En esta región centro también hay instalaciones petroleras, así que está llena de caminos rurales, estatales, cañeros, petroleros, etc.
Veracruz casi tiene 8 millones de habitantes, pero en una distribución muy dispersa a lo largo de 600 kilómetros sobre el Golfo de México. Así es de grande Veracruz y tan largo con población, se repite, muy dispersa.
Pues esta región centro se encuentran las ciudades históricas de Veracruz, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Huatusco, Misantla, etc. Hay que imaginarnos que los caminos están cortados, no hay comercio, es más, no hay ya alimentos. Ya no se sabe qué hacer. En el sur de Veracruz, a pesar de que está bajando el agua, los caminos no están siendo reparados, por lo que las rutas de comercio están interrumpidas y prevé hambruna.
Las autoridades estatales ya no saben a quién atender. Los funcionarios de todos los niveles están en regiones pero no alcanza los elementos humanos, ni materiales ni dinero. Los helicópteros de la Marina y del Gobierno de Veracruz no se dan abasto. No saben si rescatar personas o llevar alimentos.
La situación se complica por las inundaciones en las colonias de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, donde la población está en los techos de sus casas, en albergues, desesperados, sin ayuda. En estas ciudades todo es caos. Todos piden ayuda, pero los cuerpos de auxilio no se dan abasto. Aquí hay miles de afectados por el desbordamiento del río Jamapa.
Lo grave de todo esto es que el gobierno federal ha reducido la importancia del desastre en Veracruz. No se dan cuenta de la violencia que puede originar la hambruna en el sur de Veracruz y ahora la gente sin comer en la región centro, la más comunicada del estado, pero con caminos cortados.
El día 17 de septiembre, cuando entró el huracán Karl entre Cardel y el puerto de Veracruz, a pesar de los vientos no hubo víctimas, pero siguió y sigue lloviendo en la zona montañosa de Veracruz, Puebla, Oaxaca e Hidalgo por lo que esa agua inundó todos los ríos y arrasó poblaciones en la región centro. Ahora solamente en esta región están afectadas más de 500 mil personas, que se unen a las 500 mil afectadas en el sur de Veracruz. Ya llevamos un millón, más los afectados en la zona conurbada.
Con la caída de las lluvias en el valle de México, se está previendo que esa agua salga por la parte norte de Veracruz, en especial en la región del Pánuco, misma que no se repone de la inundación de hace dos meses. A todo esto ha venido al estado a tomarse la foto tres veces el titular de SEDESOL, PERO NADA DE AYUDA.
El presidente Calderón vino a tomarse la foto a Tlacotalpan, prometió ayuda y hasta ahora. Con lo del huracán ha llamado dos veces al gobernador Fidel Herrera Beltrán para solidarizarse con el pueblo de Veracruz, pero de ahí no pasa. No queremos visitas, ni saludos, necesitamos ayuda para más de un millón de damnificados en el estado de Veracruz, que pertenece a la republica mexicana.
No queremos ser duros ni injustos, pero caben las preguntas: ¿ Veracruz tiene que ser Haití para tener la atención presidencial, que hasta iba a dar el banderazo de salida de los buques? ¿Necesitamos ser Monterrey para que el presidente llegue de inmediato con todos sus funcionarios y disponga dinero de rápido para ayudar a los hermanos de Nuevo León? ¿Necesitamos estar todos muertos para que el presidente disponga de horas para magnificar la tragedia de Veracruz?
En Veracruz sus habitantes no son extranjeros, somos mexicanos que pagamos nuestro impuestos, pero además damos petróleo, agua, energía eléctrica, entre otras cosas a la nación. No pedimos limosna al gobierno federal, solamente que nos de lo que nos corresponde y más en estas horas de muertes y devastación.
Al pueblo jarocho no le importa que el presidente Felipe Calderón no aprecie en lo personal al gobernador Fidel Herrera; si quiere el presidente que lo rete a un duelo en el Zócalo de la ciudad de México, pero de esta situación personal, el pueblo de Veracruz no tiene la culpa. Ya no se pide, se exige al presidente de la república mexicano, que respete al pueblo de Veracruz.
No necesitamos recordarle al presidente de la república su juramento en su toma de posesión el 1 de diciembre del 2006: “Velar por el bien de la nación” ¿ya se le olvidó?
Es una vergüenza nacional que la ayuda esté saliendo del pueblo de Veracruz, de amigos de la república mexicana, artistas y hasta del extranjero, mientras el presidente festeja todavía el bicentenario de la independencia, mostrando helicópteros de última tecnología que deberían estar ayudando no sólo a Veracruz, sino a todos los estados afectados por el huracán Karl.
También es una vergüenza nacional que los Zetas en la cuenca del Coatzacoalcos, donde no siquiera ha puesto un pie el presidente Felipe Calderón, están repartiendo despensas entre los damnificados.
No estamos muertos, ni somos en Veracruz un país extranjero. Estamos de pie ante el peor desastre natural de nuestra larga historia, pese a quien le pese.
